Apartamento coqueto, cedido por Camino, ¡pena que no esté! Busco el desorden, pero no lo encuentro. Cenamos pasta, comemos pasta. Al menos, puedo desayunar pan con aceite.
Veinticuatro horas de italiano. ¿Quién me iba a decir a mí que en España aprendería tanto italiano? Compran oro e rubanno amor… Bailamos en el metro. Representamos la Divina Comedia… Fantástico.
Cena especial para Ana, su regalo de cumple: visita y pasta. Un poco de sangría. Pero no tenemos azúcar. Aniña, pídele a los vecinos. Sorprendida descubre que los vecinos son de… ¡Italia! Así que les invita a tomar algo. Somos más italianos… digo, SON más italianos que españoles. Ma do!
En cada esquina, alguien hablando italiano. ¿Por qué? El mundo se está volviendo loco.

Visita al parque Güell. Y un peruano me regala un anillo. Quién sabe el porqué. Los hombres están locos, el mundo está loco... Y yo que creía que solo en Santiago pasaban cosas paranormales.
Miquel nos lleva al aeropuerto. Un tipo genial.
Facultad, y cenita con los filólogos… bueno, tres de ellos. ¡Cómo me presta! Reencuentro y reconciliación. Soy feliz, sin embargo, una semana fuera de Lecce, y lo echo de menos.

Ciertamente, Davide me había echado de menos. La bambolina è arrivata. Sei contento? El sol y yo llegamos a Lecce. Me habían echado de menos. ¿Sólo fue una semana? Parecieron dos.
Viernes noche, vino en piazza Manzzini. Se nos acercan dos italianos. Matteo, simpático. Sin saber nada de mí, comienza a llamarme Stella. ¿Será cierto que tengo cara de estrella? Nos ponemos a hacer una improvisación, así, salida de la nada. Es una pena que para los italianos lo más importante sea ligar, sino, sería fácil iniciar una amistad con estos chicos tan abiertos. Pero, una vez más, el ser mujer te hace objeto. En fin, seguro que alguno de estos hombres enfermos al final es normal. A pesar del problema general de los XY de este país, se encuentra gente muy agradable con la que incluso puedes tener una conversación sin que te miren con lascivia. ¡Milagro! Pero para eso hay que pasar la fase inicial de “te devoro con los ojos, nena”
Poco a poco voy afianzando mi amistad con Kersten, Kuba y Magda. Sí, les he cogido mucho cariño. Qué bien hice yendo a esa estúpida single party.
Por la noche, llamo a Julia y a Daniel. Ellos también me habían echado de menos. Cómo no, birra en el Paolone. De pronto, nos vemos rodeadas por italianos en celo. Sin embargo, he encontrado la táctica. Sin pelos en la lengua anuncio que busco amigos, no novios. Sorprendida, me veo continuando una conversación sin ser objetivo de caza. Por fin.
Domenica, a no hacer nada. Ejercicios de italiano y el regreso de Matteo. La familia al completo. Para cenar, pizza. Y mañana, a empezar las clases.
Mira que tener que ir a Italia para "re" conocer Barcelona. En algunos lugares habías estado, aunque seguro que será esta la ocasión que recordarás toda tu vida.
RispondiEliminaOlissipa Lescaut