venerdì 28 dicembre 2012

La mujer en la sociedad pre-indoeuropea

"[...] Su divinidad central era femenina, la Gran Madre dadora de la vida, asimilada a la tierra que genera el fruto de la cosecha, proceso esencial en una cultura agrícola como aquella. La mayoría de los símbolos están asociados con la tierra húmeda y las aguas vivificadoras, con los órganos femeninos; se basan en elementos cíclicos como la luna o el cuerpo de la mujer. es verosímil que el nombre, o uno de los nombres de la Gran Diosa de la Vieja Europa, al menos en Occidente, fuera "Ana" o "Dana", que ha persistido como epíteto de ciertas divinidades femeninas en diferentes lugares de la Europa posterior ta indoeuropeizada (latín, mesapio, celta).

La imagen de la vida llevaba implícita la de su regeneración tras la muerte, a semejanza de la semilla que se entierra y renace en la nueva cosecha. Por ello son frecuentes las sepulturas ovales o antropomórficas, que evocan el útero o el cuerpo de la Gran Madre. Y en la decoración abundan imágenes de la diosa, laberintos, vulvas, senos.

[...]

Aquélla fue en verdad la era de la mujer. En consonancia con la concepción de los dioses y los seres sobrenaturales, la sociedad humana de la Vieja Europa era matriarcal. .La mujer ocupaba en ella el papel central. La herencia se transmitía por línea femenina y lo mismo el nombre y el reconocimiento de la estirpe. Pero eso no parece haber implicado una subordinación del hombre a la mujer. En realidad, la sociedad de la Vieja Europa parece haber sido muy igualitaria. No había grandes diferencias de clase ni tampoco de sexos. Existía ciertamente una especialización en las funciones y ocupaciones de hombres y mujeres. Pero una igualdad en la estima se deja traslucir en la riqueza pareja de los enterramientos de unos y otras.

En un sistema matriarcal, como el de la Europa primitiva, la mujer suele ser libre de elegir el marido que quiera, o mejor, los maridos que quiera. No existe el concepto ni la penalización del adulterio, que obedece a la necesidad de garantizar en los sistemas patriarcales la pureza de la sucesión por vía paterna. Ni la virginidad suele ser valorada. Y naturalmente es la madre- el padre no tiene plr qué ser siquiera conocido- la que mantiene a su lado y educa a sus hijos."

                                               

                                         LOS INDOEUROPEOS Y LOS ORÍGENES DE EUROPA, F. Villar

domenica 25 novembre 2012

Vigo VS. Santiago


Empiezo a descubrir cosas por las que no me gusta Vigo:

Hay gente a la que a veces me da pereza cruzarme, cosa que en Santiago creo que nunca me ha pasado. En Santiago conozco a menos gente pero con la que me siento más a gusto; en Vigo, por el contrario, me sucede solo con algunos de mis amigos, que puedo sentirme plenamente yo. (inciso: creo que mi letra cada vez se parece más a la de mi madre)

Prosigamos, hay cosas buenas en esta ciudad: llego a casa y no hace frío, pero tengo que hacer menos ruido, y no está Tebriñas, aunque esto es algo reciente. En Vigo hace más calor en general; hoy, en Santiago, llovía y refrescó bastante, y en Vigo el cielo estaba despejado y hacía más calorcillo.

Pero, sin duda, lo que más me gusta de Santiago, que Vigo no puede superar, es la vida nocturna.Santiago es magia, y la gente es más abierta, y más agradable. Podría decir, incluso, más interesante, aunque esto se puede deber a moverme en el mundo universitario. O tal vez lo bohemio y artístico de Santiago, che ne so!


La vida, en general, en Santiago es más... no sé, tiene algo de fantástico. Se respira otro aire, tiene otro ritmo. Y menos ruido, menos coches, al menos en mi Santiago de Vite y Zona Vieja, ese es el Santiago que ofrece una vida única, especial.

Pero Vigo tiene mar...

Y Santiago tiene verde... y un sauce...

En Vigo está mi cama, y mis peluches, y Marilyn...

Y en Santiago está el Malas... y su vida cultural, y sus noches inmejorables, y mis ausentes ourensanos...

giovedì 4 ottobre 2012

Santiago-Madrid 03.10.2012

Empiezo un nuevo viaje y, sin embargo, no lo siento como si así fuera. Todavía estoy en Santiago, es evidente, sobretodo al escuchar "a saída do vo rianer..." No siento ningún tipo de nervio, ¿será porque veo aún lejos la llegada? ¿O porque el destino ya lo conozco? Esta noche dormiré en Madrid, y cuando hable antes de acostarme con Bruno, sentiré, por fin, el cosquilleo de "wow, en un día estaré en la France" ¡Qué magnífico es volar! Aunque para nada el avión tiene el encanto del tren, eso sí, su velocidad es innegable.

Comienzo el viaje de una manera bastante positiva y que para nada esperaba. En vez de tener que subir a la estación para coger el bus para ir al aeropuerto, me vienen a buscar a la puerta de casa para dejarme en "salidas", "entramos por aquí porque temos que recoller a estes, non porque sexas unha salida", explícame David. Gracias, hombre, estaba a punto de protestar porque me ahorráseis el bus, ¿sabes? Y es que, casualmente, los "Falúos" tenían que ir a buscar a unos amigos poco antes de que mi vuelo saliese . Y menos mal, porque con el maletoncio SIN RUEDAS que le tengo que llevar al señorito Gruno ¡hubiese muerto en el intento!

Tras facturar y deshacerme del muerto, me voy para fuera, al aire, y veo una preciosa puesta de sol, con doscientos tonos de rojo, naranja y amarillo. Por desgracia, no se me ocurrió hacer una foto. En fin, se acerca la hora. Me voy a pasar la puerta de embarque.

El viaje se desarrolló bien, y eso que yo temía alguna "liada" de Ryanair, de eso de quedarse sin gasolina o tenernos horas encerrados. Sin embargo, quitando el dolor de cabeza insoportable y los oídos que parecía que me iban a explotar, todo fluyó con normalidad. Me senté en la misma fila que un ejecutivo más soso que el hambre, así que me acurruqué y me dormí en cuanto dejé de ver cosas perceptibles por la ventanilla. Cuando abrí los ojos, las luces madrileñas se acercaban a pasos agigantados. Íbamos a aterrizar. Piiiiiiiii... dolor en los oídos. Mucho dolor en los oídos  Dolor de cabeza. Ufff, que estalla. Bum rrrmmm psss brrrmm aterrizaje finalizado. Autobús para salir de la terminal. Recoger la maleta. Todo en orden, ninguna botella rota. Suspiro de alivio. Perfecto, ahora el largo camino hasta la entrada del metro. Y desde el metro hasta Tribunal... ¿diez minutos? o poco más. Eso sí, mi espalda y mis fuerzas se iban agotando. Pfff... Si esto no es amor, que venga Afrodita y me lo explique.

Enzo me vino a buscar al metro, su casa queda a un paso. Nueva situación, nuevos caminos que aprender. Nuevos compañeros que conocer.  La primera impresión fue bastante buena. Y no es tan agobiante la moqueta, sobretodo porque en el salón no hay.

mercoledì 29 agosto 2012

Reflexión sobre el curso 2011-12


Fiesta de A.C.L.A.B.E. *
Este curso 2011-12 ha sido difícil y muy diferente de los otros dos años que pasé en Santiago, tal vez desde una perspectiva global, fue un poco peor, sin embargo, de pequeños momentos y grandes logros está lleno.

Ana e María en Fin de Año
Para empezar, todo iba a ser distinto dado que mis hermanas de Santiago ya no estaban. Mis inseparables Ana y María tomaron cada una su propia dirección. María a Vigo, a hacer lo que realmente quería: teatro. Tras dos años de poca actividad, mucha fiesta y mucho replanteárselo, decidió que sí, que Santiago le encantaba, pero lo suyo era volver e intentar entrar en la ESAD. Y yo pienso, ¡ojalá estuviese la escuela en Santiago! Pero bueno, el corcho es feliz y aunque la eché mucho de menos, éche o que hai! Ana, que como ya sabréis, entre sus múltiples virtudes no se encuentra la del equilibrio mental- con todo mi cariño-, decidió que no se sentía satisfecha en Santiago, o mejor dicho, con la USC, y pidió un traslado de expediente a Barcelona, universidad en la que ¡atención! “chamas, tío, e che collen o teléfono” decía ella sorprendida. Sin embargo, se cansó de Barcelona, y tras sopesar solicitar una Séneca para Santiago, marchó de Erasmus a donde realmente deseaba: Berlín. Y allí está, que no quiere volver. Ais, Aniña, hasta eché de menos nuestras discusiones...

Dani e máis eu de anfitrións da "festa noir"
Por ello, me fui a vivir con Dani. En una convivencia que los dos sabíamos tendría algo de duro y algo de inmejorable. Pero si fui capaz de vivir con dos niños de mamá y cuatro italianos peculiares, ¡qué no iba a compensar lo de bueno que hay en Dani con lo vago de su carácter! Y él asumió que, de vez en cuando, sería mi saco de boxeo. La niña, estresada, que necesita soltar gas. Pero cuando quieres a alguien como a un hermano, aceptas estas cosas.

El problema fue que el piso, precioso, era de tres. La tercera la encontré por Internet. Yo, en mi síndrome post erasmus, quería vivir con algún extranjero. Emocionada, encontré a una italiana que venía todo el curso a Santiago. Este año descubrí cuán diferentes son las dos Italias...

Al principio, las cosas con Federica iban bastante bien. Tenía sus peculiaridades, comía mogollón y se notaba que acababa de salir de casa de sus padres. Con el tiempo se fue haciendo más y más egoísta, y cada vez se pasaba más horas encerrada en su cuarto. Los primeros meses aún salía con nosotros, y se lo pasaba bien; sin embargo, a medida que avanzaba el curso, socializaba cada vez menos. Sólo salía con Jorge, un pavo que había conocido saliendo la primera noche conmigo, y que se convirtió, no sólo en su pareja, sino también, en nuestro polizón. El chaval parecía muy majo. Pero un día, a la hora de comer y teniendo yo clase en menos de una hora, les pido a mis compis el dinero del alquiler, diciendo que ya estamos a día cinco y ya teníamos que haber pagado, y Federica nos anuncia que se va. “Pero, ¿cuándo? No te irás mañana, ¿no? Te irás a finales de mes, supongo.” “Hoy fui a mirar la habitación y si puedo me voy mañana.” Imposible plasmar en plabras el sentimiento de odio e ira que despertó en mi. Una persona a la que yo había acogido como si de mi amiga íntima se tratase, a la que mis padres trataron como a una hija, me las pagaba así, dejándonos colgados en marzo -cuando, por otra parte, es bien difícil encontrar gente- Y, ¡encima! sin pagar sus deudas.

Elisabetta no río
Del sur de Italia iba a llegar la solución. Elisabetta. Medio adulta, medio dibujo animado. Una loca salentina amiga de una conocida mía a su vez amiga de Ilaria, mi antigua compañera de piso de Lecce. Buena gente, pero espídica. Un manojo de nervios, alegría, altibajos... Una metralleta al hablar, eso sí, honrada. Y con un precioso acento salentino.

El día que llegó fui a buscarla a la estación de buses, donde vendría con su novio. En principio, yo la acogería y luego ella vería si se quedaba o no. Mientras esperaba me puse a hablar con un chico muy majo, y le conté que esperaba a unos que no conocía, y en esto que veo salir... allu Cristianu!! Un colega de Lecce, que por cierto, me había prometido una pizza y, ¡por fin! me la hizo. ¡Qué grata sorpresa!
Así que en este sentido el curso parecía ser una mierda, pero luego bien. Y la convivencia con Dani, aunque a veces me deprimiese su apatía, muy mala no sería si vamos a repetir. Sí, es cierto que me encantaría vivir sola y organizar la casa como me place, pero no fue tan mal la cosa. Eché de menos más cenas y festejos, pero esto es además producto de un segundo factor:

Entroido
Fin de Año
Todos los chicos se fueron a vivir a la zona sur. Me quedé solita. Ana y María cada una por su lado. Ari se marchó a Ponteperra. Adri acabó mal con Álex y para colmo se fue de Séneca a Sevilla... y encima, los chicos súper lejos, ennoviados y tomándose la vida en serio. ¡Pufff! Seguramente la falta de amigos cerca y disponibles, fue una de las cosas que peor llevé este curso. Hubo tantas veces en las que me sentí sola... (y no quiero imaginar lo que sucederá el que viene). Eso sí, las veces que salimos y organizamos cosas , fueron inolvidables. Fin de año es un gran ejemplo, ¡fue genial! Difícil que estuviésemos todos, pero los que estuvimos dejamos el listón alto. Pocas pero felices salidas por Santiago. Otro ejemplo fue Ortigueira, con su bien merecido post at Santiago, y la locura del Apóstol.

Ildara na festa de A.C.L.A.B.E.
Para contrarrestar la falta y lejanía de mis amigos, que encima no hacía nada por verme (malditas mujeres y zona sur) estuvo Ildara. Me apoyó todo el curso. Descubrí más de ella, y me di cuenta de cuanto la quiero y del enorme corazón que tiene. Con Ildara aprendí a armarme de paciencia y a pensar “take it easy e sonríe bacalao que la vida es bella”.





Jorge, Tebras e a fauna galega
Domingos no río (Bruno e máis Jorge)
No podría olvidarme de mis inigualables vecinos. ¡Ellos sí que me dieron vida! Cuando estaba pocha o estresada, sólo tenía que pasarme por ahí, y tenía a Bruno y Jorge, y cada vez más a Diego, para escucharme o hacerme una tila. ¡Y esos paseos por el monte! Únicos. Sí que los echaré de menos este año. Aunque, vaya, a Jorge lo tendré de compi algunos meses, pero al pequeño orensano lo tendremos por la France vendiendo galletitas y será muy difícil encontrar un sustituto. C'est la vie! Que nos quiten lo bailao, pues disfrutamos yendo al río, paseando y bailando ska. Entre otras muchas cosas, me dieron estos dos el mejor final do Entroido que hubiese querido imaginar. Tras una noche de desfase con mis amigos, otra con ellos en las Termas de Ourense, y una retirada ao Xen, en contacto con la naturaleza y un acogedor hogar. ¡olé, cura baptismal!


Festa da Mafia

Ricardo e máis eu no Momo
Así que, si de vida social anduve escasa, la poca fue breve, pero intensa y de calidad. Aunque no faltó mi nocturna afición de ir a ver tocar a Ricardo, sola o acompañada. Descubrimiento de las noches -y ya no tan noches...- foi a casa do Patín; gracias a Claudia, que poco la vi, pero cuando estuvimos juntas lo disfruté.



Transilvania

Dejando a un lado lo social, en el campo teatral tuve de todo. Una intensa actividad, ya que me metí en un grupo de teatro universitario, además de en todos los cursos, menos uno, del Aula de Teatro de la USC. Fue un año de mucho aprendizaje. Creo, honestamente, que crecí como actriz; tal vez no especialmente en el campo de la interpretación, pero sí que me llené de conocimientos nuevos. Trabajé, aunque sin llegar a profundizar, en un método para mí desconocido: el montaje de un espectáculo a partir de las improvisaciones de los actores. Sin embargo, el grupo tuvo sus problemas, y la obra no salió adelante. Menos mal que por el camino vino Mónica a salvarme de una crisis teatral. Volví a Non Sí? con la producción de Transilvania, que me costó sangre, sudor y... lágrimas el día del estreno. Pero estoy satisfecha y muy contenta con nuestro trabajo.

Cena de clásicas
Académicamente fue mediocre. No pude con el griego, aunque he de decir que la profesora fue bastante bastarda. El indoeuropeo me costó lo suyo, muchas más horas de trabajo de las que mi ritmo de vida podían soportar. Eso sí, el latín lo aprobé, y orgullosa me hayo. Sánscrito me apasionó, pero faltó tiempo para aprenderlo de verdad. Algún día de algún año que no tenga nada que hacer (risas a mis espaldas) igual lo retomo y profundizo.

Folga xeral
As línguas não forom mal.
Toda mi actividad me llevó a padecer unas horribles jaquecas que en el mes de agosto llegaron a un punto tal que deseaba me explotase el cerebro. Si fuese esto EE.UU y tuviésemos en casa un arma, no hubiese dudado en utilizarla.

Y el balance, señores, debe ser siempre positivo; sin embargo, este curso, si no digo malo, ha sido con diferencia el más difícil a todos los niveles, y cuando digo todos, hablo de todas y cada una de las facetas de la vida. Académicamente, socialmente, emocionalmente, económicamente... y un largo etcétera de adverbios acabados en mente.


venerdì 20 luglio 2012

Fin de semana asturiano


Como va siendo tradición, voy con Lucía al teatro un viernes por la 
noche, las ciudades pueden ser Gijón o Avilés, ¡qué cosas! La capital ye Uvieu y de teatro poco. Así, me tengo que coger el ALSA- aquí, las proletarias, que no tenemos coche-  a las 08:30 de la mañana; sin problema, un poco temprano, pero hay que tener en cuenta que estudio en Santiago, ciudad universitaria donde cada jueves hay algo que hacer, y a mí la de no salgo que mañana madrugo me cuesta aceptarla. En esta ocasión, sería el acto de licenciatura de los de quinto de filología, que visto que hay pocos alumnos por carrera, se congregan en un día; por ello nos encontramos con la facultad llena de gente de punta en blanco y un olor a maquillaje del copón. Al acto en sí no asistí, pero la promesa de celebrarlo por la noche con Ildara era inevitable. A esto hay que añadir que esa noche Soraya (Abigail, nas Bruxas de Salem) venía a Santiago para que, al fin, pudiese verla actuar en su esperado Cabaret Titán. Cual fue mi sorpresa cuando, entre los actores no estaba solo mi querida Soraya, sino que iba a encontrarme con Óscar, el hermano de Alba Irina, que ahora es mago. Así pues, la noche se alargó hasta altas horas, acompañados por una muy norteña lluvia. Como viene siendo tradición, el resultado inevitable fue que no durmiese y me cogiese el bus con las cervezas bailándome en el estómago. Bus, siesta, y ya estamos en Oviedo.


Por la noche vamos a Gijón a disfrutar de El Nacional  de Els Joglars. En tres palabras im-presionante-nante. Una puesta en escena espectacular pero justificada, una muy buena interpretación, mucho humor, una gran crítica a la cultura y programaciones culturales del momento y al mundo capitalista en el que el que no produce beneficios exacerbados, no existe. Todo adobado con buena música, y lo que fue aún mejor, los actores nos deleitaron con fragmenteos del Rigoletto, cantados con voces envidiables. Podría criticar algún detalle técnico, pero no es el momento de ponerse pedante. De vuelta a Oviedo, caí rendida tras comer un par de croquetas de la abuela. El sábado nos fuimos a Oviñana, pero la lluvia nos lo puso un poco difícil, sin paseo al Faro ni comida al aire libre. Eso sí, los elementos atmosféricos no podían estropear esa obligada y placentera visita a Ana e Ignacio, con una buena dosis de gastronomía farriega hecha en casa y de jugar a peleas y otras cosas que tanto le prestan a Ignacio. Acabé muerta, pero por la noche no pude dejar de pasar por el Cai, a tomar una, lo cual derivó en una escapada a las fiestas del Pito, a las que nunca había ido. Prestome por la vida. Estábamos una gran parte del pueblo allí, como si fuese un aperitivo del verano, que esperemos tenga casa para disfrutarlo sin problemas (*). Pero lo mejor y más inesperado de la noche llegó cuando vi a lo lejos una cara conocida ¡y tan conocida! Antón, como yo lo llamo, mi ex casi primastro segundo. Sí, allí estaba, después de tropecientos años sin verlo, igual que siempre pero con más barba. Eso sí que no me lo esperaba, una muy agradable sorpresa. Espero que sea verdad y que este verano le veamos el pelo.

Como me había prometido a mí misma, me volví con Mantequilla a horas muy tempranas, me costó, casi me convencen para que me quede, pero cuando a la mañana siguiente, tras dos horas de ruido en casa, decidí levantarme y vi el sol que se filtraba por la ventana, me sentí orgullosa de mi yo del pasado y su responsable decisión. Lucía y yo nos hicimos una bonita caminata hasta el Faro luchando contra el viento, eso sí, una caminata con muchas vueltas y pausas, la difícil búsqueda de la casa de la concejala dio sus frutos, esperemos que mi proyecto del taller de teatro siga adelante, vi a Alfonso muy interesado, lo que me animó bastante, ojalá que a la asociación de vecinos le parezca también una buena idea(**). Luego fuimos a ver una casa muy guapa, grande, luminosa y con cocina de leña. Le vi solamente un par de fallos: el primero y más importante para mí, pero objetivamente, el más estúpido, no está en Vivigo, mi barrio de Oviñana desde hace veintidós años; el segundo, que no deja de ser un romántico inconveniente, es que no tiene chimenea; el tercero es la falta de verde, tiene espacio fuera, pero cementado, ¡craso error! ¿Qué va a ser de nuestras plantas? Aunque, bien mirado, para la mayor parte de la gente, mis pegas suenan estúpidas. Aquí lo importante es tener casa.
 
Por fin llegamos al Faro, volvimos y nos hicimos una de esas eternas comidas de la abuela, en medio de la cual llegaron las Selicas. Más paseo, esta vez improductivo, ya que la casa que fuimos a ver no se alquilaba. Después fuimos hasta el prao de Selica, que parece una selva, a ver si lo limpia y nos hacemos allí un camping improvisado.

Se nos acaba el tiempo en Oviñana, así que paso por el Cai para despedirme, y me dicen la de siempre: “Acabas de llegar y ya marchas. ¿Ahora qué, hasta el verano nada?” Esperemos que la respuesta sea: No, volveré antes (***), ma chi sa, chi sa, cosa sarà. Cómo no, una visita rápida a Ignacio y Ana y vuelta para Uvieu, y velaquí me acho, en un bar del casco histórico de la capital asturiana, con un ambiente cojonudo, que sería mil veces mejor con un Estrella. Eso sí, no hay Estrella pero ni el del bar se salva de ser un prototipo de tío de puta madre de Santiago, esto podría ser un Curruncho de colegas en sus mejores días.



                                                                                                                                                                              Oviedo, 29/04/2012


*En el momento que escribí esto aún no estaba claro qué sucedería con el alquiler.
**Idem
***Por desgracia la respuesta fue afirmativa

lunedì 30 aprile 2012

Maldito abril


Maldito abril

Cinco años y todavía duele. Es un dolor profundo, muy interno, difícil de describir. Es un nudo en la garganta y una ola de impotencia, es un querer gritar a los cuatro vientos que en mí sigues vivo. Es dolor, es pena, pero, sobretodo, es la tristeza de no poder compartirlo, el no tener a nadie cercano que sepa lo que significa treinta de abril. Es la decepción y la soledad que siento al pensar que por mucho que quisiera, nadie me iba a hablar de tí, no puedo compartir tus recuerdos, no puedo decirle a nadie “¿te acuerdas cuando Emi...?”. No puedo oír un “yo también lo echo de menos”. No hay nada, absolutamente nada, y eso es infinitamente doloroso. Ninguna persona de mi alrededor sabe que esta noche la pasaré abrazada a la almohada recordando tus besos, desesperándome por no tener un lugar a donde llevarte flores, por no tener un trozo de tí que besar, lo único que me quedan son unas pocas fotos y los momentos que pasamos juntos, que lucho por que no se escapen de mi memoria. Lucho por no olvidar cada una de las noches contigo, cada uno de los días, cada una de las miradas. Recuerdo tus labios carnosos, que me besaban con una pasión única en mi vida, tu cuerpo moreno y su olor, trato de sentir tus abrazos. Recuerdo la lluvia mojándonos en el parque morado, jamás podré olvidar tu intensidad, tus sonrisas, únicas. Emi, esos ojos llenos de pasión me atravesaban y me hacían temblar. Recuerdo aquella vez que llegaste a Oviñana, creo que era un once de agosto, poco antes de las fiestas, estábamos en la escuela viendo una película, fue sentirte entrar y el pelo se me erizó, entonces me miraste y ya era tuya, otro verano de pasión y escondites, de besos en la noche y caricias furtivas. Nadie puede entender lo que pasa dentro de mí cuando recuerdo esto, no es el dolor de saber que ya no me besarás, es el dolor de saber que ni siquiera puedo desear que suceda. Es el dolor de pensar que no hay ninguna esperanza, que te has esfumado, no volveré a verte tan siquiera a lo lejos, no oiré hablar de tí. No me que nada, solo cenizas, sombras, fantasmas de un pasado que nunca volverá. Y, todavía, unas briznas de pasión atadas al pecho que no podré entregar a nadie, porque estaban esperando por tu fuego que me traería el siguiente verano.

-30 de abril de 2012-

domenica 22 aprile 2012

Un mundo feliz


Aquí os dejo un trabajo que tuve que hacer hace unos seis años para filosofía, pero que realmente es apropiado para estos momentos:


Antes de que el profesor acabase de escribir el título en el encerado, yo ya sabía que este sería el libro que leería, puesto que llevaba mucho tiempo deseándolo pero, por unas cosas u otras, no encontraba la ocasión propicia.

            Un mundo feliz cuenta la historia de una civilización avanzada en el tiempo y la tecnología. Se podría encuadrar dentro de la ciencia ficción, de hecho esta es la opinión más generalizada, pero tras haberlo leído, creo que no es tan ficticio como a primera vista parece.

            La obra, situada en Londres, nos presenta una civilización en la que todo es  perfecto, en la que todos aman su trabajo y se alegran de su condición social, en la que todos tienen lo que desean o creen desear, y  hacen lo que quieren y deben, dentro de un orden, por supuesto. La gente no nace de una forma natural, sino que es “fabricada” en centros y allí es “condicionada” para la vida que llevará y para estar contenta con su labor.  El condicionamiento consiste en un aprendizaje basado en la repetición de un mismo mensaje durante un largo período de tiempo mientras los niños duermen.

            En principio todo parece perfecto y hermoso, todo es fácil, todo está al alcance de sus manos y las necesidades básicas están perfectamente cubiertas. Lo que mueve a la sociedad es el consumismo desaforado, todos tienen lo que desean y todos desean lo que se les da. Cuando tienen un problema mínimo o les sucede algo que se sale de la norma, como el simple cansancio, se toman una droga socialmente aceptada llamada soma. Con todo esto, se elimina del mundo la pasión, se eliminan los sentimientos demasiado intensos, se eliminan los triunfos y la recompensa moral y personal de haber conseguido algo por tu propio esfuerzo. Pero nadie parece darse cuenta. ¿Nadie? No. Hay una persona, y luego dos, y finalmente tres, que no se dejan, o no quieren dejarse manipular, que tras haber visitado una reserva natural en la que la población vivía con medios arcaicos, con todos los sentimientos a flor de piel, se dan cuenta de que su mundo no es tan perfecto como pensaban.

            Este libro me impresionó, me gustó, pero sobre todo me hizo reflexionar. No habla de un mundo tan ficticio, creo yo, ya que de alguna forma nosotros también estamos condicionados para ser como somos, buscamos la comodidad y el consumo, queremos la eterna felicidad y las facilidades para conseguir lo que se nos antoja sin a penas un mínimo esfuerzo. Poco a poco, le vamos arrebatando la poesía a nuestra vida, suprimimos los sentimientos como la satisfacción del esfuerzo realizado en las empresas que emprendemos. Nuestro objetivo no va más allá de nuestra propia e inmediata felicidad, sin tener en cuenta al resto. La vida se basa en las apariencias y en el qué dirán, condenando a aquellos que piensan diferente. Hacemos de la gente objetos sexuales y le robamos al amor su lirismo, olvidamos el valor de ir paso a paso encandilando a una persona, es mejor satisfacer tu deseo inmediato que conseguirlo poco a poco usando tu imaginación y poniendo en ello todo tu empeño. Intentamos vivir en un mundo feliz, feliz y artificial donde los sentimientos no valen nada, donde trabajamos y producimos dinero para consumir, consumir y consumir sin darle valor a las cosas que compramos. Juzgamos a la gente por su ropa y su estatus social. Solo se respeta a aquellos que no piensan por sí mismos, a aquellos que no se paran a reflexionar sobre lo que está bien y lo que está mal, solo se consideran buenos ciudadanos a los que viven para trabajar, conseguir dinero, consumir y no salirse de la norma social y del pensamiento general que no va más allá de la propia felicidad. Y si el mundo va mal…que lo cambien los otros. Pero, aquí no tenemos soma.

            He llegado a la conclusión de que no quiero convertirme en una persona manipulable dominada por el consumismo y el sentir de las masas. De una forma u otra me siento distinta, pero no lo suficiente como para que el mundo cambie, al menos de momento.

Si alguien puede impedir que acabemos como Huxley se imagina somos nosotros, los jóvenes.