venerdì 28 dicembre 2012

La mujer en la sociedad pre-indoeuropea

"[...] Su divinidad central era femenina, la Gran Madre dadora de la vida, asimilada a la tierra que genera el fruto de la cosecha, proceso esencial en una cultura agrícola como aquella. La mayoría de los símbolos están asociados con la tierra húmeda y las aguas vivificadoras, con los órganos femeninos; se basan en elementos cíclicos como la luna o el cuerpo de la mujer. es verosímil que el nombre, o uno de los nombres de la Gran Diosa de la Vieja Europa, al menos en Occidente, fuera "Ana" o "Dana", que ha persistido como epíteto de ciertas divinidades femeninas en diferentes lugares de la Europa posterior ta indoeuropeizada (latín, mesapio, celta).

La imagen de la vida llevaba implícita la de su regeneración tras la muerte, a semejanza de la semilla que se entierra y renace en la nueva cosecha. Por ello son frecuentes las sepulturas ovales o antropomórficas, que evocan el útero o el cuerpo de la Gran Madre. Y en la decoración abundan imágenes de la diosa, laberintos, vulvas, senos.

[...]

Aquélla fue en verdad la era de la mujer. En consonancia con la concepción de los dioses y los seres sobrenaturales, la sociedad humana de la Vieja Europa era matriarcal. .La mujer ocupaba en ella el papel central. La herencia se transmitía por línea femenina y lo mismo el nombre y el reconocimiento de la estirpe. Pero eso no parece haber implicado una subordinación del hombre a la mujer. En realidad, la sociedad de la Vieja Europa parece haber sido muy igualitaria. No había grandes diferencias de clase ni tampoco de sexos. Existía ciertamente una especialización en las funciones y ocupaciones de hombres y mujeres. Pero una igualdad en la estima se deja traslucir en la riqueza pareja de los enterramientos de unos y otras.

En un sistema matriarcal, como el de la Europa primitiva, la mujer suele ser libre de elegir el marido que quiera, o mejor, los maridos que quiera. No existe el concepto ni la penalización del adulterio, que obedece a la necesidad de garantizar en los sistemas patriarcales la pureza de la sucesión por vía paterna. Ni la virginidad suele ser valorada. Y naturalmente es la madre- el padre no tiene plr qué ser siquiera conocido- la que mantiene a su lado y educa a sus hijos."

                                               

                                         LOS INDOEUROPEOS Y LOS ORÍGENES DE EUROPA, F. Villar

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