Empiezo a descubrir cosas por las que
no me gusta Vigo:
Hay gente a la que a veces me da pereza
cruzarme, cosa que en Santiago creo que nunca me ha pasado. En
Santiago conozco a menos gente pero con la que me siento más a
gusto; en Vigo, por el contrario, me sucede solo con algunos de mis
amigos, que puedo sentirme plenamente yo. (inciso: creo que mi letra
cada vez se parece más a la de mi madre)
Prosigamos, hay cosas buenas en esta
ciudad: llego a casa y no hace frío, pero tengo que hacer menos
ruido, y no está Tebriñas, aunque esto es algo reciente. En Vigo
hace más calor en general; hoy, en Santiago, llovía y refrescó
bastante, y en Vigo el cielo estaba despejado y hacía más
calorcillo.
Pero, sin duda, lo que más me gusta de
Santiago, que Vigo no puede superar, es la vida nocturna.Santiago es
magia, y la gente es más abierta, y más agradable. Podría decir,
incluso, más interesante, aunque esto se puede deber a moverme en el
mundo universitario. O tal vez lo bohemio y artístico de Santiago,
che ne so!
La vida, en general, en Santiago es
más... no sé, tiene algo de fantástico. Se respira otro aire,
tiene otro ritmo. Y menos ruido, menos coches, al menos en mi
Santiago de Vite y Zona Vieja, ese es el Santiago que ofrece una
vida única, especial.
Pero Vigo tiene mar...
Y Santiago tiene verde... y un sauce...
En Vigo está mi cama, y mis peluches,
y Marilyn...
Y en Santiago está el Malas... y su
vida cultural, y sus noches inmejorables, y mis ausentes
ourensanos...