Maldito
abril
Cinco años y todavía duele. Es un dolor profundo, muy interno,
difícil de describir. Es un nudo en la garganta y una ola de
impotencia, es un querer gritar a los cuatro vientos que en mí
sigues vivo. Es dolor, es pena, pero, sobretodo, es la tristeza de no
poder compartirlo, el no tener a nadie cercano que sepa lo que
significa treinta de abril. Es la decepción y la soledad que siento
al pensar que por mucho que quisiera, nadie me iba a hablar de tí,
no puedo compartir tus recuerdos, no puedo decirle a nadie “¿te
acuerdas cuando Emi...?”. No puedo oír un “yo también lo echo
de menos”. No hay nada, absolutamente nada, y eso es infinitamente
doloroso. Ninguna persona de mi alrededor sabe que esta noche la
pasaré abrazada a la almohada recordando tus besos, desesperándome
por no tener un lugar a donde llevarte flores, por no tener un trozo
de tí que besar, lo único que me quedan son unas pocas fotos y los
momentos que pasamos juntos, que lucho por que no se escapen de mi
memoria. Lucho por no olvidar cada una de las noches contigo, cada
uno de los días, cada una de las miradas. Recuerdo tus labios
carnosos, que me besaban con una pasión única en mi vida, tu cuerpo
moreno y su olor, trato de sentir tus abrazos. Recuerdo la lluvia
mojándonos en el parque morado, jamás podré olvidar tu intensidad,
tus sonrisas, únicas. Emi, esos ojos llenos de pasión me
atravesaban y me hacían temblar. Recuerdo aquella vez que llegaste a
Oviñana, creo que era un once de agosto, poco antes de las fiestas,
estábamos en la escuela viendo una película, fue sentirte entrar y
el pelo se me erizó, entonces me miraste y ya era tuya, otro verano
de pasión y escondites, de besos en la noche y caricias furtivas.
Nadie puede entender lo que pasa dentro de mí cuando recuerdo esto,
no es el dolor de saber que ya no me besarás, es el dolor de saber
que ni siquiera puedo desear que suceda. Es el dolor de pensar que no
hay ninguna esperanza, que te has esfumado, no volveré a verte tan
siquiera a lo lejos, no oiré hablar de tí. No me que nada, solo
cenizas, sombras, fantasmas de un pasado que nunca volverá. Y,
todavía, unas briznas de pasión atadas al pecho que no podré
entregar a nadie, porque estaban esperando por tu fuego que me
traería el siguiente verano.
-30 de abril de 2012-
Sigues siendo encantadora.
RispondiEliminaVerdaderamente.
Un beso.
y apasionada
RispondiEliminaAunque no me acuerdo de los 30 de abril (ahora entiendo lo de las flores), sí comprendo tus sentimientos
Un beso y abrazo fuertes
Tu madre
Esta canción es para ti. Un abrazo.
RispondiEliminahttp://www.youtube.com/watch?v=FfgXeWMa6Ls&feature=relmfu
=D
Elimina