mercoledì 18 aprile 2012

Del periódico online LaRepublica

Tercera República o Tercera Dictadura (Javier Ávila)

En la historia de España sólo se han conocido dos periodos en que la forma de gobierno fue una república. Sin embargo dictaduras podemos enumerar una larga lista. Siempre se han diferenciado o conocido por el nombre de su dictador. En los dos últimos siglos se han producido tres, originadas, en mayor o menor medida, por golpes de estado militares.
En 1923, el general Primo de Rivera estableció la Primera Dictadura moderna tras un golpe de Estado. Su estructura política, en contraposición a la anterior alternancia política bipartidista, se basaba en el partido único Unión Patriótica. Tras su fracaso político le sucedieron, brevemente, el general Berenguer y el almirante Aznar. Durante éste último gobierno se convocaron las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 que condujeron a la proclamación de la Segunda República dos días después.
La Segunda República nació, entre otros motivos, por el hartazgo general con el sistema caciquil y corrupto de la economía y la administración pública (incluida la Casa Real). Su sistema político polipartidista acompañó al aumento de los derechos sociales generales, que entraron en conflicto con los intereses económicos de las clases altas.
Un nuevo golpe militar, el 18 de julio de 1936, llevó al establecimiento definitivo de la Dictadura del general Franco o Segunda Dictadura moderna en 1939. También basada en un partido único (Falange Española Tradicionalista), recortó la mayoría de derechos sociales regulados en el periodo anterior (libertad de matrimonio, expresión, laicidad del Estado, afiliación política o sindical, etc.)

Las cabezas visibles de las 3 Dictaduras de la Edad Moderna en España: el General Primo de Rivera, el General Francisco Franco y el Rey Juan Carlos I

A su muerte dejó sentadas las bases de la Tercera Dictadura, bajo la forma de Monarquía Parlamentaria dirigida por Juan Carlos I. Heredera del golpe militar de 1936, aún requirió de un nuevo intento golpista en 1981 para asentarse definitivamente. Aunque se le dieron nombres como Transición o Democracia, el único componente de cariz democrático fue su sistema parlamentario (polipartidista en teoría, bipartidista en la práctica). Y decimos esto porque la sociedad y la Administración no sufrieron ningún cambio. Siguieron los mismos generales, jueces, políticos, empresarios, banqueros y gestores administrativos del régimen anterior. Muchos de ellos han sido sucedidos por sus hijos. Es el mismo sistema político, social y económico anterior teñido con cierta libertad electoral, de expresión y de consumo.
Ahora la sociedad se encuentra, de nuevo, en una fase de profundo hartazgo con el (otra vez) sistema caciquil (o de amiguismo) y la presencia de corrupción generaliza en todos los ambientes (político, policial, judicial, empresarial, administrativo, real…).

Instantes de la celebración en Madrid de la II República
Se abre la dicotomía de continuar con la Tercera Dictadura, de futuro más que incierto por los costes que está suponiendo a los ciudadanos, o abrir las puertas a la llegada de la Tercera República, dónde la lucha contra la corrupción y la desigualdad social, así como el establecimiento de una democracia real con control popular y el mantenimiento de los derechos sociales sean sus principales banderas. De ser así, esperamos que llegue pronto de forma tan pacífica y festiva como lo hizo la Segunda en 1931.


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